La situación en Carabayllo ha pasado de la desidia a la indignación ciudadana. Desde hace varios días, el servicio de recojo de basura prácticamente ha desaparecido en amplios sectores del distrito, dejando montículos de residuos en avenidas principales, parques y espacios públicos.
Las calles se han convertido en verdaderos basurales a cielo abierto. Restos orgánicos en descomposición, presencia de moscas, ratas y malos olores configuran un escenario de alto riesgo sanitario que amenaza con el brote de enfermedades infecciosas entre la población.

La paciencia vecinal se agota. Ante la falta total de respuesta de la Municipalidad de Carabayllo, vecinos de distintos barrios han empezado a organizarse y advierten que podrían llevar la basura acumulada para arrojarla en los exteriores del palacio municipal, como forma de protesta. Incluso, algunos colectivos vecinales señalan que evalúan realizar acciones similares en el domicilio del alcalde Pablo Mendoza, responsabilizándolo directamente por el abandono del servicio de limpieza pública.
“La basura está en nuestras puertas porque la municipalidad no cumple. Si no la recogen, la devolveremos a quienes deben responder”, señalan vecinos indignados.

La limpieza pública es una función esencial y obligatoria de la gestión municipal. La ausencia de un plan de contingencia, sumada al silencio del alcalde y sus funcionarios, evidencia una preocupante incapacidad de gestión frente a una emergencia que ya no es solo ambiental, sino de salud pública.
Ante la gravedad del problema, se hace un llamado urgente a la Mancomunidad Municipal de Lima Norte para que intervenga y brinde apoyo inmediato en el recojo de residuos sólidos, evitando que la crisis se agrave y se salga aún más de control.
Carabayllo no puede seguir viviendo entre la basura. La salud de miles de vecinos está en riesgo y las autoridades deberán asumir las consecuencias políticas y administrativas de su inacción.
Marcos GY

