“UN COLOSO CON MANCHAS EN LA FRENTE”
Cuando era niño, una de las cosas que más disfrutaba eran los paseos en familia. Soy el menor de cuatro hermanos. Nos subíamos papá, mamá mi abuelita materna y los cuatro (todos apretujados) en uno de aquellos carros viejos que parecían lancha – propiedad de mi padre. Bacinica de rigor porque era clásico mi abuela tuviese alguna necesidad en el camino. Estos viajes los hacíamos una vez al año.
Recuerdo inicialmente íbamos por calles viejas, sin asfaltar. Años siguientes, carreteras a medio terminar y hoteles un poco mejores. Era visible como todo iba de menos a más. En dichos viajes, mi abuelita, Lucila, una mujer entrañable de cabello corto y blanco. Bajita, delgada; cada vez que pensaba le estaba mintiendo me decía: “ya está apareciendo la mancha negra en tu frente”. Yo, iba al primer espejo que encontrase a mirar si tenía dichosa mancha o no. Éramos temporalmente miembros de la población a donde íbamos.
Las municipalidades son el ente de Gobierno más próximo a la población. Quién mejor que los propios vecinos, como conocedores de la problemática que los aquejan, pasen a ser el eje central de su localidad. No el alcalde, no los regidores ni ningún otro burócrata.
Uno de mis destinos favoritos en esos viajes familiares era Huaral y hace algunos años me alegré enormemente cuando supe que un sitio que añoraba por mis memorias de niñez iba a tener un mega puerto.
El “Puerto Multipropósito de Chancay impulsará la economía y su construcción generará 7500 empleos” según afirma el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Sin perjuicio de lo mencionado, también – si bien la construcción está a cargo de la empresa China Cosco Shipping – dice: “se viene avanzando a un buen ritmo”. Qué significa a buen ritmo.
A 80 kilómetros al norte de Lima, en Huaral, el Mega Puerto en efecto generará miles de empleos directos e indirectos. Sin embargo, este nuevo coloso peruano no queda en efecto claro si atenderá las necesidades de los pobladores en ese bucle llamado gestión municipal pese a que según el MTC, se firmó convenios marco con organizaciones vecinales y sociales, con el Gobierno Regional de Lima y la Municipalidad Distrital de Chancay.
Pero ya empiezan a aparecer las manchas negras en la frente de las que mi abuelita me hablaba. Los convenios fueron firmados para iniciar proyectos de inversión que disminuyan las brechas sociales y económicas. Se promueve actividades en el sector salud y educación. Todo ello – que dice mucho sin decir nada – son responsabilidades del Gobierno Central.
Sumado a lo dicho en el párrafo anterior – información oficial del MTC – a inicios de setiembre de 2022 el movimiento de tierras para la construcción del Mega Puerto iba a un 61.19% de avance. En el Mensaje a la Nación del 28 de julio 2024, nuestra presidente Dina Boluarte habló de un avance de poco más del 40% y un cierre de obra para el 2026.
Resulta confuso de cierta manera porque en el mismo Mensaje no se habló de la correlación población a través de organizaciones vecinales y sociales sino como se intentará combatir temas como la prostitución y la delincuencia – propias de un puerto.
Manteniendo la misma línea, lo lógico es que si el Mega Puerto estará administrado por el Gobierno Central de Lima y el Municipio Distrital de Huaral, el presupuesto o las ganancias se reparta entre ambas localidades sin perjuicio de temas tributarios por lo que los demás municipios no se verían beneficiados en demasía con esta construcción de manera directa.
Cien por ciento a favor de la inversión. Que el mundo entero nos vea brillar pero los presupuestos discrecionales y la “buena contabilidad”, hemos visto ya durante décadas no funcionan. Sino no tendríamos tantos monumentos al olluco o al sombrero si paseamos por provincia. Todo retorna al Gobierno Central y como es lógico, por la falta de ejecución cada año los presupuestos son menores.
La solución es muy simple pero al parecer no la desearían ver. Personal técnico calificado en cada municipalidad para romper con las barreras burocráticas. Capacitación permanente en gestión pública y meritocracia. Si algún trabajador desea ascender, que se lo gane a base de esfuerzo no de la tarjeta de recomendación de nadie.
Como diría mi abuelita, veo manchas negras en la frente de muchos sectores.
Por: Francisco Javier Pardo Segovia
Experto en Comunicación Empresarial y Política – Embajador Honorario del Perú ante Las Naciones Unidas