Rocky Torres, adrenalina, familia y kickboxing peruano
En cada golpe, Rocky Torres encuentra su historia. En cada sudor, su razón. Y en cada victoria viene la promesa de algo más grande: representar a Perú en lo más alto del kickboxing internacional.

Renzo “Rocky” Torres nació en el Cercado del Callao, en el seno de una familia humilde que le inculcó desde pequeño el valor del esfuerzo y la disciplina. No es solo nuestro orgullo nacional en los cuadriláteros: también es fotógrafo, padre y guerrero de corazón. Su adicción a los deportes fue desde chico, pero fue en 2018 cuando todo cambió: un amigo lo llevó al gimnasio, y ahí nació la chispa. Tenía condiciones, potencia y una voluntad que pocos poseen.
Desde entonces no miró atrás. Su debut profesional fue un aviso: subió al ring y dominó al mexicano César Moreno en México, ganándose miradas y respetos. No fue solo un triunfo: fue el grito de “llegaré lejos”.

Ahora Rocky se prepara para una prueba aún más grande: el 28 de septiembre, en Brasilia, competirá en el Súper 4 del World Grand Prix. De salir victorioso, se ganará el pase directo al título mundial. A eso súmale que en octubre ya está listo para otro desafío: el Campeonato Sudamericano en Cusco. Su calendario está encendido, y la adrenalina corre por venas de pura fibra.
Sus bases son sólidas. Su maestro es nada menos que sensei Miguel Sarria, excampeón mundial de kickboxing —el mismo que lideró a la selección peruana a conquistar 44 medallas en el Panamericano y Sudamericano de Santiago de Chile 2024—. Tenerlo como guía no solo suma experiencia, sino que conecta a Rocky con un legado ganador y orgulloso.

El viaje no ha sido fácil, tampoco limpio. Entre los momentos más crudos estuvo su enfrentamiento contra el colombiano Daniel Torres, en marzo: sangre, intensidad, guerra pura. Funcionó el golpe justo en el segundo round, pero lo que duró fue una batalla sin cuartel… y ahí surgió el respeto. Él mismo admite que ese combate lo marcó.
Fuera del ring, Rocky vive otra realidad que lo define: es fotógrafo, padre y familia andante. El entrenamiento es su estilo de vida, la disciplina su motor. Madrugar, sudar y luego volver al hogar: es su rutina. Para él, los primeros y más fieles fans no están en redes: están en su casa. Su madre, su hijo, sus hermanos. Ellos son quienes lo empujan todos los días a ser mejor.

A los jóvenes, les lanza un mensaje que no da vueltas: “Hagan deporte, no importa cuál. El deporte es vida, y puede ser la salida para quienes no tienen recursos. Pero lo más importante: perseveren. No importa cuántas veces caigas, sino cuántas te levantes.”
Con Rocky, el ring es solo una ventana de lo que puede ser. Su historia pega fuerte porque es real: pasión, familia, lucha, hojas de ruta trazadas con disciplina. Y aunque para sus fans sea ya un héroe, Rocky Torres está decidido a escribir su nombre en la historia del deporte mundial… y lo hace golpe por golpe, día tras día.

