ES LA PRIMERA RECTORA MUJER DE LA MEJOR UNIVERSIDAD PÚBLICA DE ECUADOR Y HACE UN AÑO FUE RECONOCIDA POR EL PARLAMENTO ECUATORIANO POR SU CONTRIBUCIÓN A LA EDUCACIÓN. BUSCA COMPARTIR EXPERIENCIAS Y BUENAS PRÁCTICAS EN PERÚ
Cecilia Paredes Verduga, rectora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), es una inspiradora ecuatoriana convencida del poder de la educación en la vida de las personas. Además, tiene un gran interés en unir esfuerzos entre el sistema de formación superior de Ecuador y Perú, país al que admira por su riqueza cultural.
Cecilia no es solo una mujer comprometida con la educación y el bienestar de los jóvenes de su país, sino de toda Latinoamérica. “Todas las personas, indiferentemente de su nacionalidad, pueden llegar a tener una mejor calidad de vida”, afirmó.
Hija de un ingeniero mecánico, se abrió camino en ese mismo campo. Un primer gran logro fue ganarse un espacio propio, respeto en su profesión y recibir una beca para hacer su maestría y doctorado en Estados Unidos.
Sorprendentemente, no se quedó en Norteamérica, sino que regresó a su país y retornó a su verdadera casa: la ESPOL. Donde se había formado “para devolver lo que la vida le había dado”. Empezó a dar clases. Los años pasaron y hoy no solo es la primera rectora mujer de la mejor universidad pública de Ecuador, sino también presidente de la Comunidad de Rectores de la Corporación Ecuatoriana para el Desarrollo de la Investigación y Academia (CEDIA) además, hace un año fue reconocida por el parlamento
ecuatoriano por su contribución a la educación.
MÚLTIPLES PROGRAMAS
Cecilia, vienes gestionando convenios de cooperación entre la ESPOL, diversos municipios y empresas en Lima, entre los que se encuentran los de la Mancomunidad del Cono Norte. ¿En qué medida resultaría beneficioso para este sector?
En la ESPOL estamos comprometidos con la sociedad. En Ecuador hemos impulsado múltiples programas de desarrollo social en zonas luchadoras. Tenemos, por ejemplo, grupos de personas en sectores a las cuales les hemos dado acceso a internet y capacitación para que puedan vender sus artesanías al exterior. Otro proyecto de alto impacto fue el que se hizo con pescadores artesanales para que crearan una cooperativa, generando valor agregado y “capturando la frescura del mar en cada uno de sus filetes”. Lo que buscamos es replicar nuestros casos de éxito en el Cono Norte.
Desafíos similares
Entre un 70% y 80% de nuestra economía se focaliza en el negocio informal. ¿Cómo podría una persona que tiene un comercio muy pequeño, un vendedor ambulante o un carrito sanguchero, aprovechar la tecnología para mejorar su calidad de vida? Dicho en otras palabras, ganar más dinero.
Sabemos que Ecuador y Perú enfrentan desafíos similares y realidades compartidas. Por ello, nos gustaría aprender de sus experiencias, pero también compartir nuestra metodología de trabajo creada por nuestro Centro de Emprendimiento a varias comunidades, para que sus integrantes logren salir adelante mejorando sus capacidades para emprender, aprovechar la tecnología, llevar un mejor control de las ventas e incluso mejorar la atención y los servicios que ofrecen. Creemos en una colaboración entre
nuestras naciones, que nos permita aprender de las acciones exitosas de cada país.
Solo la Mancomunidad del Cono Norte incluye nueve distritos. ¿La cantidad de personas es un factor a tomar en cuenta?
Por supuesto que se debe tomar en cuenta. Por una parte, se podría impulsar el crecimiento de un mayor porcentaje de la sociedad y, por otra, se pueden explorar opciones de negocio con base en productos y actividades de la Mancomunidad. Tal como lo mencioné antes, con los pescadores, al ser un grupo grande de personas, se puede estudiar la opción de crear una cooperativa que brinde un valor agregado a sus productos.
Entonces sí ves potencial en el Cono Norte limeño…
Veo muchísimo potencial. La gente del Cono Norte es luchadora y trabajadora, una combinación ganadora.
Ingeniero mujer, posición muy alta en términos de jerarquía en el ámbito educativo. Supongo te has enfrentado a una serie de adversidades. ¿Cómo las encaras?
El equilibrio entre la vida profesional y personal no es fácil de lograr. Me tomó años. Hoy, además de ser madre y esposa, soy rectora de la ESPOL. Son muchos roles y pienso que el compromiso es demostrar que es posible liderar con excelencia sin descuidar el bienestar personal y familiar.
Todo comienza con el amor propio. Si yo estoy bien, lo estarán mi esposo y mis hijos. Mi entorno en general. Es fundamental dedicarle tiempo a la profesión como a la familia y la pareja, si la tienes. Además, he entendido que no siempre las cosas salen como planeamos, y eso está bien. He aprendido a soltar, dejar fluir y confiar en que cada día trae su propio aprendizaje. Lo importante es levantarse con energía, planificar con entusiasmo y aceptar que, a veces, lo mejor es simplemente adaptarse al camino que se va
presentando.
